TADANORI YAMAGUCHI
(Nagoya, Japón. 1970)

Tadanori Yamaguchi descubre su vocación artística con 18 años, justo antes de entrar en la universidad. Quería trabajar en algo que le otorgase libertad, sin estar atado a la jerarquía de una empresa en un trabajo convencional. En 1993 se licencia en Arte Creativo por la Universidad de Kyoto. En el último año de universidad conoce al escultor Hiroyuki Nakayama. Colabora como ayudante en su taller durante años, aprendiendo el oficio de la cantería, un trabajo duro pero apasionante, y quedando fascinado por el mundo de la escultura. Es en ese momento cuando decide no volver a pintar, encontrando su destino en la escultura e interesándole especialmente el tallado de la piedra.

En 1994 tiene lugar su primera exposición individual en la Galería Chayamachi, situada en Osaka. Sus inquietudes artísticas le conducen a ampliar su formación escultórica participando en el simposium de Kasama, celebrado en 1995. Este acontecimiento le abre las puertas para su posterior llegada a Asturias. Por estas fechas, también está presente en el campo de artistas de la ciudad de Kobe, en Japón.

En 1997 participa en el curso de posgrado “Intervenciones Contemporáneas en el Patrimonio Arquitectónico” de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Kyoto. Este será el germen de la futura relación que mantendrá con el arquitecto asturiano Vicente Díez Faixat y con la doctora Yayoi Kawamura de la Universidad de Oviedo. En diciembre de ese mismo año se traslada a la capital del Principado. Lo hace becado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España para trabajar como profesor investigador en el Módulo de Artes Aplicadas de la Piedra de la Escuela de Arte de Oviedo.

Su primer proyecto en Asturias lo desarrolla en 1998, habiendo sido becado por el Museo Antón de Candás. Desde entonces se suceden las becas y las colaboraciones con instituciones como el Museo Juan Barjola, el Museo Evaristo Valle o el Museo de Bellas Artes de Asturias.

En los últimos años, sus creaciones están presentes tanto en instituciones públicas como en numerosas colecciones privadas, bien nacionales o internacionales. Sus obras demuestran una gran sensibilidad y una clara síntesis expresiva y emotiva, sin olvidar la importante influencia que sigue teniendo del arte japonés. En su búsqueda de la verdad, la pureza, la sencillez, lo orgánico y lo natural, trabaja gran cantidad de materiales, destacando especialmente su relación con la piedra.La técnica mixta, con cierto protagonismo del kizamu, es recurrente en su obra. Desde el inicio, toda su producción artística se ve atravesada por el concepto de hatsuru.

El artista japonés posee una trayectoria artística plenamente consolidada. En los últimos años, se ha dedicado principalmente a la escultura, las instalaciones y los proyectos de arte público. En la actualidad, es considerado uno de los escultores más reconocidos del panorama artístico nacional e internacional.